Los precios bajos y la reducción de cosecha hunden la rentabilidad de los viticultores y hace peligrar su actividad

La organización agraria UPA ha denunciado este jueves que la rentabilidad de los viticultores se ha hundido hasta el punto de poner en peligro su supervivencia en prácticamente todas las regiones españolas.

Fuentes de UPA han tildado de "desoladores" los resultados de la última vendimia, con "precios bajos en origen, costes disparados y un mercado lejos de los niveles prepandemia".

La producción de vino este año ha bajado un 15 % respecto a 2022, que ya estuvo por debajo de la media, hasta situarse en 34,24 millones de hectolitros de vino y de mosto.

A pesar de las medidas de contención de la oferta puestas en marcha este año, como la cosecha en verde o las destilaciones de crisis, UPA cree que "no han sido suficientes para amortiguar el descenso de precios y fomentar un mercado ya de por sí muy debilitado".

Asimismo, ha destacado que el consumo de vino sigue bajando en el mercado interior, con un volumen de 9,6 millones de hectolitros (un descenso del 6,4 % en el interanual), muy lejos de los más de 11 millones de hectolitros que se alcanzaron en los meses previos a la pandemia.

En cuanto a las exportaciones, ha señalado que a pesar de haberse incrementado en valor, algo que UPA considera "lógico" dentro del contexto inflacionista, han descendido en volumen, marcando una tendencia "muy preocupante" para un país como España, que es el primer exportador mundial de vino en volumen.

"Estamos ante un problema de mercado", han subrayado desde UPA, generado "no por excedentes", sino por falta de consumo interior y exterior.

Además, UPA ha constatado una "tendencia del precio a la baja", tanto en precios de uva, como de vino y consumo en la categoría de los tintos, mientras que hay un crecimiento en la demanda de vinos blancos.

La organización ha señalado que los viticultores ven imprescindible reforzar la Ley de la Cadena Alimentaria para proteger la supervivencia del sector productor en el futuro y que la intervención sectorial vitivinícola (ISV) debe modificarse para adoptar mecanismos de gestión acordes con la oferta.

También la cosecha en verde supone para UPA una opción que hay que mantener en determinadas campañas para poder controlar la producción y evitar posibles destilaciones de crisis, que además son cuestionables desde el punto de vista de la sostenibilidad.

Además, UPA seguirá insistiendo en introducir una medida de ayudas a inversiones en explotaciones vitícolas.