La DO cava prevé un nuevo récord en 2023: superar los 250 millones de botellas vendidas

Los productores de cava agrupados bajo la Denominación de Origen Cava prevén superar este 2023 los 250 millones de botellas vendidas, tras cerrar los primeros tres trimestres con 170 millones de botellas vendidas, un 2,35 % más con relación al mismo periodo del año anterior.

Son cifras que ha facilitado este miércoles en un almuerzo con periodistas el presidente de esta DO, Javier Pagès, que de cumplirse supondrían un nuevo récord de ventas, tras alcanzar en 2022 los 249 millones de botellas vendidas.

Con 349 bodegas asociadas y más de 38.000 hectáreas de viña, el cava cuenta con un 70 % de ventas internacionales, si bien entre estos enero y septiembre el crecimiento lo han liderado las ventas nacionales, que han aumentado un 7,65 %, frente al escaso 0,33 % que han crecido las exportaciones.

Pagès ha achacado el menor aumento en las ventas internacionales a que la economía española está creciendo más que las de su entorno, empujada además por sectores clave para esta bebida como la restauración, la hostelería o el turismo.

Por países, Alemania se mantiene como el principal mercado internacional, tras crecer un 1,27 %; Bélgica en segunda posición, con aumentos del 1,95 %; y Reino Unido en tercer lugar, al incrementar las ventas en estas islas en un 19,33 %.

El presidente de la DO ha relacionado estos cambios con regulares movimientos en los inventarios, que modifican los crecimientos año a año pero no responderían a más causas que esta.

Con todo, el periodo de mayores ventas es el cuarto trimestre, que incluye la campaña navideña, lo que ha llevado a Pagès a augurar unos incrementos de ventas de entre el 3 % y el 4 % para el conjunto del ejercicio, hasta situarse entre los 252 y los 253 millones de botellas vendidas.

Pagès ha aprovechado la ocasión para mostrar su escepticismo sobre la "flexibilización" en los criterios de producción de la DO Cava que piden algunos productores y sindicatos como CCOO, en este último caso ante el temor de que la situación de sequía ponga en peligro puestos de trabajo.

En este sentido, ha rechazado totalmente rebajar a menos de nueve meses el periodo a partir del cual un producto puede ser catalogado como cava: "Romper con esto sería malo para todo el mundo".

Tras subrayar que la "apuesta" del cava debe ser competir por calidad y no por cantidad, sí ha abierto la puerta a modificaciones más "pequeñas", sin concretar más.

La comarca del Penedès, que concentra a gran parte de los productores de este espumoso, ha sido una de las más golpeadas por la sequía, que ha provocado que este año se haya vendimiando un 20 % menos de uva, según cálculos de Pagès.