Regadíos y Abastecimientos

Vuelven a abandonar por cuarto año consecutivo 4 millones de lechugas sobre acuíferos sobrexplotados en Yecla

viernes, 2 de diciembre de 2022


4 millones de lechugas abandonadas en Yecla (1)


La plataforma Salvemos el Arabí ha denunciado el "despilfarro desenfrenado" de una empresa de cultivos intensivos que, por cuarto año consecutivo, ha abandonado cuatro millones de lechugas en el paraje Umbría del Factor, sobre el acuífero sobreexplotado Cingla, en el término municipal de Yecla.


El consumo de esta empresa para producir las lechugas es cada año "casi la mitad de lo que consume toda la ciudad de Yecla", un gasto de agua que equivale a mantener un grifo de casa abierto durante 29 años seguidos, al tiempo que "se cultiva para tirar, mientras los bancos de alimentos están vacíos".


Además, el acuífero sobreexplotado Cingla "presenta un balance anual negativo de 13 hm3, es decir, que se vacía cada año, según datos oficiales, 13 millones de metros cúbicos", añadieron desde la plataforma.


"Llevamos ya más de cuatro años denunciando estos hechos y exigiendo una solución a las administraciones, cuyos políticos al frente no hacen otra cosa que dar largas", señaló Alejandro Ortuño, portavoz de la plataforma. 


"Recuerdo en 2018 cuando Marcos Ortuño, entonces alcalde de Yecla y hoy día actual consejero de Presidencia, y Jesús Verdú, concejal de Agua y Medio Ambiente antes y ahora, se comprometieron con sus declaraciones a trasladar esta problemática a la empresa redactora del nuevo plan de ordenación para estudiar todas las vías legales para proteger nuestro municipio de esta sangría", rememoró el portavoz de Salvemos el Arabí.


En este sentido, lamentó que "cuatro años dan para mucho, pero a día de hoy desconocemos si hay algo en el nuevo plan que sirva para protegernos del expolio de los cultivos intensivos".


Desde la plataforma criticaron el reparto de comperencias "a fin de evitar soluciones reales y efectivas, con lo cual la pelota siempre está en otro tejado". Así, las competencias de agua las tiene el Estado a través de la CHS. la competencia en agricultura la tiene la Comunidad Autónoma, mientras es del Ayuntamiento la capacidad para ordenar su término municipal de la forma que considere más adecuada para sus vecinos. 


"Ya sabemos lo que van a decir todos: que ellos no tienen competencias, ni unos ni otros", auguró Ortuño, para quien "es vergonzoso y patético que nadie haga nada para solucionar esto". "Alguien tendrá competencias y, si no, ¿para qué están? Que dimitan todos", ironizó.


Según Ortuño, "todo el mundo en Yecla está en contra de estos cultivos intensivos que están agotando nuestros acuíferos, ¿quién, si no, podría estar de acuerdo en que unas empresas de fuera vengan a despilfarrar el agua de nuestros hijos y nietos?".


Mientras los responsables políticos no hacen absolutamente nada para solucionar el conflicto, las empresas de cultivos intensivos siguen vaciando cada vez más y a un ritmo mayor los acuíferos, planificando la construcción de nuevas y más grandes balsas de almacenamiento de agua, y pidiendo a los socios de las comunidades de regantes que gasten más agua (que no necesitan), para que, cuando vengan los recortes, quede un porcentaje mayor de la concesión. 


"Es el mundo al revés", explicaba Alejandro Ortuño. "Van a premiar a los que más gastan y van a castigar a los que menos. Al final, los pequeños agricultores no podrán pagar el agua, aunque sus cultivos sean más sostenibles, y las grandes empresas de intensivos se harán los dueños de todas las tierras y todos los derechos de riego".


El motivo por el que se abandonan cuatro millones de lechugas después de haberlas cultivado sigue siendo un "misterio inexplicable" para la plataforma. 


Sin embargo, "la principal evidencia que se desprende de todo este despilfarro desenfrenado es que es un sistema absolutamente ineficiente e insostenible, que consume recursos naturales a un ritmo frenético (agua, suelos y energía), que produce excedentes que acaban siendo destruidos o eliminados, y que la maquinaria político-administrativa es cómplice, lo permite y forma parte del sistema".


"En el mejor de los casos, como el que nos ocupa, acaba siendo pasto del ganado, que ya lo empiezan a pasar por la finca, como estamos viendo estos días. Mientras los bancos de alimentos están vacíos, aquí se cultiva para tirar".


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